László Moholy Nagy.
Pintor, escultor, fotógrafo, cineasta, diseñador, tipógrafo, teórico del arte, pero también arquitecto de exposiciones, publicista, escenógrafo, pedagogo infatigable, László Moholy-Nagy (1895-1946) es el artista que encarna por excelencia el espíritu utópico de las vanguardias de los años veinte y treinta.
De origen húngaro, tras estudiar Derecho y volver del frente, en 1918, decide consagrarse a la pintura. Entra rápidamente en contacto con Kurt Schwitters, Raoul Hausmann y El Lissitaky, frecuenta los medios dadaístas y constructivistas y realiza obras inspiradas en las exploraciones de estos movimientos. A partir de 1922 afirma su personalidad artística y encuentra realmente su estilo original. Como muchos artistas de esta época (por ejemplo, los constructivistas en Rusia, de Stijl en Holanda), experimenta materiales inéditos (acetato de celulosa, plexiglás, aluminio), se entusiasma por las nuevas posibilidades técnicas, defiende la interdisciplinariedad entre las artes, la industria y las ciencias, pero además, es sin duda uno de los artistas que ha propuesto uno de los modelos estéticos más completos de nuestra modernidad. En sus obras, en su aportación didáctica como profesor (sobre todo en la Bauhaus, en Alemania, de 1923 a 1929, y en el Institute of Design de Chicago, de 1937 a 1946) y en sus escritos, Moholy-Nagy contribuye en gran medida a renovar las formas de interacción entre la sensibilidad y el pensamiento, y en este sentido, algunas de sus propuestas son vigentes hoy día.
Su aura de humanista del Renacimiento se debe esencialmente a un hecho: aunque no sea siempre el primero en utilizar una técnica o un material, en cada ocasión, y sea cual sea el ámbito, innova radicalmente. En su obra, los hallazgos formales tienen ciertamente un papel plástico autónomo, pero él les confiere una función esencial a sus ojos, que consiste en transformar el ser humano tanto en su modo de vida, su psicología y fisiología como en su intelecto. Moholy-Nagy, que vivió durante un período extremadamente agitado, quería que el hombre dejara de ser un instrumento o una cosa para convertirse, mediante la actividad creadora, en el único productor y constructor de su existencia. En este sentido, el artista seguía el espíritu utópico de su tiempo: su voluntad de desarrollar al máximo las capacidades físicas y la conceptualización humana en una síntesis funcional del cuerpo y el espíritu explica su búsqueda incesante de nuevas formas plásticas.
Fotograma
En esta exposición se distinguen tres grandes conjuntos, correspondientes a los principales lugares de producción de sus obras: Berlín (1922 y 1923-1928), período de la Bauhaus (1923-1928), exilio en Londres (1935-1937) y en Estados Unidos (1937-1946). Técnicamente, Moholy-Nagy recurre a dos métodos de producción: el primero consiste en situar los objetos directamente sobre un papel fotográfico especial, exponer el conjunto a la luz natural o a una luz artificial, y tras un lapso de tiempo, los contornos y las sombras del objeto dejan sobre el soporte de las superficies claras un fondo oscuro; el segundo se desarrolla en una cámara oscura, un laboratorio, donde la evolución de las formas ya no es visible en tiempo real, y el resultado sólo podrá verse a partir del revelado y la fijación de la copia.
A lo largo de estas experiencias, Moholy-Nagy intentará captar la luz bajo los mejores ángulos e intensidades para crear un material plástico por completo. Para ello, abandonará los objetos opacos en favor de objetos transparentes, traslúcidos o diáfanos como el cristal, el vidrio, ciertos líquidos, velos, tamices, a menudo superpuestos para acentuar los efectos de contraste, grano y textura. Liberada gracias a la inmaterialidad de los objetos, la luz es la causa que permite el nacimiento de la obra, pero también es el efecto producido por dicha obra.
¿Qué es un fotograma ?
Popularmente se conoce como fotograma a cada una de las imágenes que se suceden en una película cinematográfica y que están consideradas de manera aislada.
La medida del fotograma dependerá del formato de la película. El más chico de 8 mm. Es de 4,8 x 3,5 mm. Y en el más grande conocido como IMAX es de 69,6 x 48,5 mm. Cuanto más grande es el fotograma, más aguda será la imagen proyectada en pantalla.
Cada una de las imágenes se encuentra impresa en un papel, en tanto una película fotográfica recogida por una cámara de excelente resolución y velocidad será la que permitirá obtener esa secuencia exacta de las imágenes impresas en papel. Cuando una determinada secuencia de fotogramas puede ser visualizada por el espectador con una determinada frecuencia en las imágenes es que este podrá entonces sentir la sensación de movimiento.
Ejercicio de Fotograma realizado en clase
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